martes, 19 de agosto de 2014

A Manera de Homenaje

 https://www.youtube.com/watch?v=l3Jw7EATaZQ ( su despedida)



Cuando escuché de su fallecimiento me llené de nostalgia, era como si un gran amigo hubiera muerto. Recordé la primera vez que lo había visto, desde su llegada de otro planeta en el gran papel de Mork hasta su voz en una de las tantas películas animadas que tanto disfruto. Al ir llegando los pormenores de la noticia me sentí aún peor y de inmediato recordé  su gran papel en la película Mas Allá de Los Sueños,  no entendía como un hombre que ya había tenido que caminar, de forma ficticia, los caminos de los suicidas podía haber puesto fin a su vida de esa forma.

Vino el cubrimiento periodístico, las opiniones de mucha gente, las explicaciones científicas, los homenajes, el hermoso trino de su hija con una frase de El Principito, la frase de mi amigo galeno que lo describió como un Poliadicto,  pero yo seguía sin entender. Se empezó a revelar el hombre frágil detrás del personaje, la tristeza detrás de la alegría, el alcoholismo manifiesto, un parkinson incipiente  y esa palabrita que aterra: Depresión.

Me fui para la tierra del carriel, las cometas y la santa,  luego de muchos años de no tomar aguardiente me tome unos pocos, bien tomados, sin excesos, en compañía de mi familia y de grandes amigos, al despertarme sentí la maluquera que produce la ingesta alcohólica sobre todo en un cuerpo diabético como el mío y en esa moridera me acordé del gran artista, pensé que si el era depresivo como continuaba bebiendo si eso es un depresor, seguía sin entenderlo.

Sólo hasta que escuché una discusión sobre los toros pude entender que había pasado,  no voy a justificar o criticar el arte de Cuchares, pero traeré a colación esa  actitud de los toros de buscar la puerta de la querencia y tratar de refugiarse en ella, la imagen fue nítida y pensé que eso nos pasa a todos los adictos, así la adicción nos lleve contra las tablas, continuamos en ella sólo por esos instantes de mentida seguridad que creemos nos proporciona. Recordé las innumerables veces que me refugiré en el licor para esconderme de los problemas que el mismo me estaba trayendo, evoqué esa falta de voluntad para dejarlo, misma que se iba perdiendo con cada trago que me tomaba, y fue así como pude entender al gran Robin, algo en sus ideas no le permitía sentirse feliz, y uno es lo que piensa, por eso se vestía constantemente de comediante, humorista, filantropo etc. y allá en su intimidad cuando uno necesita de uno mismo, se vestía también de hilaridad, esa que produce los primeros tragos de licor, pero que luego te arrastran a ese abismo de tristeza y depresión. Así que la sonrisa que tanto disfrutamos, sus gestos, sus apuntes, sus grandes interpretaciones solo eran los vestidos de una triste y la muerte nuevamente nos muestra en nuestro egoísmo, sólo nos interesa lo que los otros nos muestran, no lo que los otros son, por eso hoy se repite una y cien veces el estribillo tanguero: "... solo Dios conoce el alma que palpita en cada ebrio..." El alcohol y cualquier sustancia que produzca adicción nos ataca en lo mas importante, nuestra voluntad, la va menguando la va destruyendo hasta que quedamos convertidos en unos entes sin ganas de vivir, sin capacidad de reacción y nos vamos dejando morir poco a poco hasta que ya no nos importa vivir simplemente nos dejamos morir de forma lenta o rápida.

Estamos en una sociedad competitiva y hecha para triunfadores, la depresión es una enfermedad vergonzante que se sufre en silencio, de forma oculta y que por sus altos costos de tratamiento es de difícil diagnostico. Pero la presión que implica triunfar a cualquier costo es ocultada con placebos permitidos unos y otros no tantos.

Esta sociedad tiene que cambiar sus valores, debe buscar que la gente sea feliz, no que parezca feliz, no podemos seguir permitiendo que grandes personas se sigan matando porque no son felices, y la felicidad para el caso del actor no estaba en triunfar, ni en amar, no en servir, ni en donar, eso lo tenía y lo hacía, algo no encontró, algo le falto.

 Por esto en un sociedad tan difícil es mejor permanecer sobrios, alejados de lo que nos distorsione la realidad, que nos engañe y que nos vuelve débiles para superar las dificultades, hay que intentarlo una y otra vez hasta que logremos superar los escoyos, eso es un estilo de vida, una forma de mirar y sentir las personas y las cosas, debemos de fortalecer cada día nuestra voluntad, ponernos pequeños retos, aprender nuevas cosas, caminar nuevos senderos, tener siempre una meta por cumplir.

Así que como siempre el llamado es a ser felices, a no buscar soluciones en problemas, a luchar día a día, a dar los mejor de nosotros mismos, a mirar con ojos de buen fotógrafo que siempre ve lo bello y espectacular de las cosas, no olviden que el alcohol es : "Un traguito muy pequeñito donde muchos se han ahogado"