Desde hace algún tiempo tengo un problema con este blog, últimamente
sólo lo he utilizado para hacer homenaje a amigos y conocidos fallecidos, tema
difícil, pero homenajes bastantes merecidos. Hoy para asombro de muchos hablaré
como víctima de acoso, de irrespeto, de tantas cosas que, uno cree que le pasa
o los famosos o a los otros pero jamás a una persona como yo.
He tenido tres momentos muy
duros en la vida, en los cuales he sentido que el hecho de ser hombre masculino,
o masculino hombre o masculino heterosexual, ya uno no sabe cómo decirse, o
decirle a los otros.
El primero fue cuando la madre de mis hijos perdió él bebé que
estábamos esperando. Cuando me estaba desmoronando la gente se arrima, no a
consolarme, sino a decirme que no podía flaquear, que no podía estar triste que
tenía que estar fuerte porque ella era la que había perdido él bebe, la que le
habían hecho el curetaje, todos los cuidados
debían ser para la madre y no para el padre.
El segundo episodio fue en uno
de mis matrimonios, por primera vez en la vida me tocó enfrentarme a una mujer
que me insultara, me pechara, y me
dijera que yo era tan marica que no era capaz de pegarle, no valió la ayuda
psicológica, no valió que la psicóloga
le dijera que yo era de esos hombres que no pegaba pero que el día que no fuera
capaz de contenerme ante sus agresiones, ese día la iba a matar, gracias a
Dios, a la buena crianza y a ser padre
de una hija el día que decidí alzar la mano para golpearla con toda la rabia y
frustración acumulada pensé y tome la mejor decisión, la relación no iba más, golpearla no la iba a
ayudar a mejorar.
Hace algún tiempo viví una
relación que me enseñó nuevas cosas acerca de ese mundo virtual, tecnológico de las acciones
de las personas, y que por su virtualidad, no las exime de poder constituirse
en delictivas.
Todo empezó dándome risa, “lo normal” me
revisaban el celular, me esculcaban las cuentas de correo, el teléfono lo
dejaba de una forma y lo encontraba de otra, al principio no pasaba nada, al igual que la
que piensa que le pegaron pacito; yo
pensaba era que era un poquito celosa, y ese dicho tan horrible de : mujer que
no joda es hombre o tienen mozo; para
evitar problemas decidí aprender a cómo proteger las cuentas, y descubrí los
patrones que se usan para tener bloqueado el teléfono, también descubrí que la grasa
del dedo deja marca y que siguiendo ese rastro lo pueden desbloquear, luego
llegaron las claves alfanuméricas para acceder al teléfono, pero obvio por la
falta de memoria era la clave que se tiene para todo y que ella se sabía.
Pase de claves sencillas a claves muy
complicadas que debía copiar en otra parte para poder recordarlas, luego a la
huella digital, al reconocimiento facial a combinar las anteriores y estuve a
punto de conseguir un hacker que me pusiera alguna cosa que impidiera que me
pudieran clonar las cuentas o abrirlas en otras partes.
Sé que me van a moler y van a
decir que entre las parejas no debe haber secretos, pero les contaré que fui
criado en una familia donde escuchaba a mi
papá decir: “ mija me lavo estos billetes que estaban en el pantalón” y
la respuesta siempre fue la misma: “gallego usted sabe que yo no le esculco” y
era mutuo, jamás mi papá esculcó la cartera de
mi mama, si necesitaba algo y ella estaba ocupada, simplemente él iba cogía
la cartera o nos decía a mi hermano o a mí que le lleváramos la cartera a la
mamá, se le llevaba y ella sacaba lo que el necesitaba, incluso cosas que eran
de él.
En mi casa nadie esculca, a
mis casi 50 años jamás le he esculcado a nadie que no sean mis hijos cuando
estaban en la edad de que el padre debe revisar a ver que están guardando,
nunca he revisado un celular ajeno, una cartera, una billetera, nada que no sea
mío . Entonces el problema no es ocultar, el problema es que le esculquen a
uno, es que le violente su intimidad, su vida privada, las personas que
conforman una pareja no pierden ese derecho de tener vida privada.
Pero la enseñanza sobre redes
fue amplia, no sabía que el otro puede ver a qué horas se conectó por última
vez, ni si estaba en línea, ni muchas otras cosas, en las noches había la
despedida de rigor con llamada y uno se quedaba revisando algo, hablando con
alguien, o haciendo cualquier vaina, a los minutos llegaba el mensaje o la
llamada haciendo el reclamo de porque me encontraba en línea, peor aún, cuando
las ganas de orinar atacaban a altas horas de la madrugada y con el teléfono
prendido aprovecha uno a revisar algún mensaje o correo y ahí se armaba el
problema, que por que a las tres de la mañana estaba en línea, que quién sabe con quién estaba hablando; Hubo enfrentamientos, escusas tales como: yo
no le esculco es que cojo su computador y las redes están abiertas entonces yo
las veo o yo no le clono las cuentas, solo las abro con sus claves, es que como
usted es tan jodido uno tiene que estar pendiente; no sé como se le llame esto, pero en mi mundo es una
falta de respeto, si yo uso algún equipo de otra persona jamás abro sus redes y
si hay alguna abierta yo mismo la cierro sin leer, así me criaron mis padres.
Aprendí a utilizar los
sistemas de seguridad de cada equipo, entonces ya veía si habían iniciado
sesión en alguna otro equipo, ya mi
teléfono suena si inician sesión en equipos diferentes a los autorizados, ya la
clave encriptada y muy larga para memorizarla fue haciendo imposible que
pudieran acceder a mis redes.
¿Pero por qué tengo que
recurrir a todo esto? ¿Por qué tienen que esculcar? ¿Dónde está el respeto por la vida privada? ¿Qué
es esto? , yo no tengo que esculcarle al
otro, si no confió en mi pareja simplemente
me voy y lo abandono.
Pero bueno a punta de claves
difíciles, y revisión continua de las seguridades contra delincuentes que había
instalado o activado ya le era muy difícil esculcar, las cosas se
tranquilizaron, que gran error el mío, yo no debía haber complicado su acceso a
mis redes, yo debía haber tomados correctivos definitivos y si es del caso
denunciar, porque es un delito esculcar las redes sociales, y principalmente el
correo electrónico que tiene la misma protección del correo físico.
La relación termino por otras
cosas propias de la convivencia, pero a los
días de haber terminado esa relación,
empecé a tener dificultades con una de mis redes, una amiga trataba de
agregarme y no podía, yo trataba de agregarla y tampoco o cuando la agregaba
resultábamos que ambos estábamos eliminados de nuestras listas sin que ninguno
hubiera hecho nada.
Desinstalé la aplicación
varias veces, la volví a reiniciar y nada todo seguía igual, y luego empeoró, ahora resultaba que mi amiga, la cual conozco
desde hace mucho muchos años, resultaba bloqueada. De tanto eliminar y volver a instalar me percaté que esa
aplicación tenía las claves de acceso
viejas, las sencillas, no las que parecen del pentágono. Opté por ponerle otra
clave inmensa y complicada, y EUREKA ya comenzó a funcionar normal, pude
agregar a mi amiga y que ella me agregara, todo volvió a la normalidad; yo dije
que hijue…ta tecnología para joder, me
empezaron a llegar unos mensajes de texto pidiéndome que restableciera la
clave, que reiniciara la aplicación de otra forma pero con las claves viejas o
que escribiera nuevamente las claves, no le pare muchas bolas, pero una llamada
volvió a revivir el fantasma.
Me llamo mi ex y me dijo que ya tenía otra, tenía el nombre
de mi amiga, su descripción física, y la
pregunta fue ¿cómo vivía enterada de mi vida? Ella misma me había bloqueado en redes y no teníamos
contacto alguno, hubo las reclamaciones de rigor, el dolor, el estallido de
celos de aquellos que requieren apoyo especializado y en ese instante comprendí
y aprendí que ahora las relaciones no se
deben terminar en el mundo real sino en el virtual y por eso y gracias a la tecnología la envié a una
vaina que se llama lista negra, y ya no puede tener comunicación con este pechito.
Luego de hacerme el bobo durante mucho tiempo,
de haber justificado unas actitudes que no me gustan y que me hacen sentir
vigilado, acosado, violentado aprendí que no debo quedarme callado y que el
acoso no tiene género, que cuando uno
dice amor no hagas eso que es un delito, pues sencillo, está haciendo omisión
de denuncia, eso es como decirle al asesino hombre no me vuelva a matar por
favor eso no se hace. Respetemos, pero ante todo respetémonos.
Si su pareja tiene una vida
que usted no comparte, déjelo, salga por la puerta grande. Una relación de
pareja no es una relación de espionaje y contraespionaje, es una construcción de
dos, que se basa en el diálogo, la confianza,
y sobre todo el respeto por el otro y por el suyo propio, por su vida
privada, su intimidad, sus cosas.
Tal como escribió, creo que, Walter Riso: “si los
miembros de las parejas no tuvieran y necesitaran espacios privados, los
inodoros serian de dos puestos.”